¿Qué pretende este blog?


Mi blog pretende realizar una crítica, lo más completa posible, de los principales hoteles europeos, así como proporcionar instrucciones y usos de protocolo y buenas maneras tanto a los profesionales del sector como a los huéspedes de los establecimientos. Como se observa, todo está basado en la independencia que me caracteriza, no perteneciendo a ninguna empresa relacionada con este mundo. Soy un consultor independiente. Personalmente he visitado cada uno de los locales de los que hablo en este blog.
Es mi capricho, del que llevo disfrutando varios años y quiero poner mis conocimientos y opiniones a disposición de todo aquel que quiera leerlos.
La idea surgió al no encontrar nada en la red - ni siquiera en inglés - sobre auténticas críticas de hoteles, al margen de comentarios de clientes enfadados que "cuelgan" sus quejas en distintas webs como un simple "derecho al pataleo" sin intento alguno de asesorar, construir o mejorar.
Muchas gracias por vuestra atención y colaboración.

viernes, 19 de agosto de 2016

Ejemplo de gestión de tumbonas





      Acabo de ver este maravilloso vídeo realizado este verano en un hotel de Benidorm.  Se trata del hotel Flamingo Oasis. El video quiere ser ejemplo (me parece que positivo) de la gestión de las tumbonas en un hotel en temporada alta. De hecho, el título del artículo de Holsteltur, de donde tomo el vídeo, se titula “¿Cómo puede un hotel evitar líos en el reparto de tumbonas de las piscina?"
Como bien sabemos, es necesario retirar las tumbonas cada noche por diversos motivos. Limpieza de la zona, secado de las colchonetas, regado de la zona de las hamacas. En este sentido, este último motivo no nos incumbe ya que el hotel Flamingo Oasis tiene losa en vez de césped.

   Pues bien, en el video podemos observar cómo decenas de huéspedes alrededor de la piscina esperan cual hambrientos a que el personal de limpieza acabe su trabajo. Y a la voz de un grito a lo Braveheart me imagino que del director del hotel, ¡Go!!!,  tropecientos turistas y ríete tú de las marujas del primer día de rebajas de El Corte Inglés,  como si les fuera la vida, se adentran en la batalla intentando conseguir sólo dos cosas, atrapar el número de tumbonas en el lugar que quieren y salvar su vida. Se pueden observar múltiples batallas. Por ejemplo vemos que lo primero que hacen es soltar la toalla en el suelo, a lo pipí de hipopótamo marcando terreno. Dicha toalla, señala el punto central donde irá la tumbona una vez conseguida dentro de los infinitos pilares puestos alrededor de la zona de baño.  Algunos llegan a atrapar una columna entera de hamacas. Increíble el tumulto en el fragor de la batalla. Camisetas de tirantes masculinas intentan tomar ya una pequeña esquina. No tienen más opción. Me imagino al director del hotel desde la altura de alguna colina o piso del hotel, disfrutando de ese orden milimetrado. Sí. En menos de tres minutos, la batalla ha terminado. Una multicoloridad de toallas cada una hija de su padre y de su madre; de esas que se cuelgan por la noche en el balcón y hacen de la fachada del hotel un Kandinsky, están ya no debajo de la hamaca sino encima y extendidas. 


    Ahora, me imagino que serán las cinco de la mañana, a la siguiente batalla: La cola por coger mesa para el desayuno bufé. Cómo adoro las vacaciones relajadas.

miércoles, 1 de junio de 2016

¿Qué es el "early check-in"?





En una entrada muy anterior del blog estuvimos estudiando en qué consistía el "late check-out" o la salida tardía de la habitación al abandonar el hotel.

Simplemente quiero hablar ahora unas líneas sobre el paso contrario, el "early check-in" o la entrada a la habitación del hotel antes del horario establecido. En Europa, incluido Reino Unido, se toman las dos o tres de la tarde para entrar en la habitación y las doce de la mañana para dejarla. Aproximadamente.

Puede suceder que por varios motivos, lleguemos al hotel horas antes de la fijada para la entrada. En este caso, solicitaremos -lógicamente con antelación, no en ese momento- un "early check-in".

Esta casuística es variada. Un ejemplo lo tenemos en los huéspedes que se desplazan utilizando las "low cost". Tales compañías, tienen por norma volar a unos horarios donde aún no han "abierto las calles". Ese es el motivo por el cual puedes salir de Barcelona a las 05:50 y llegar a Berlín a las 08:30 de la mañana; pudiendo, por tanto, pasar por la puerta giratoria del hotel a las 9 de la mañana; seis horas antes del horario establecido.
Como esa entrada temprana a la habitación la habremos solicitado con antelación, el personal de recepción habrá hecho todo lo posible por tenerle preparada la habitación. Con más motivo, si se es asociado a centrales de reservas internacionales como "The Leading Hotels of the World", "Preferred Hotels Group", etc. Estas membresías llevan aparejada un "early" o "late"; algunas bajo petición y disponibilidad; otras te lo aseguran.

Antes de continuar, tan sólo una puntualización. El check-in, sea early o como sea, siempre debe hacerse de pie, nunca sentado. Sólo en el caso de "vips check-in" donde nos reciben tranquilamente en nuestra misma habitación o en un reservado, es correcto sentarse para realizarlo. De la otra manera, lo único que consigue el hotel es dilatar el tiempo necesario para que el cliente se registre a la par de crear una cola de espera para otras tareas. Además, el huésped, siempre quiere rapidez en esta gestión, quiere llegar a su habitación lo antes posible y la posición de sentado -tanto del recepcionista como la del cliente- demora innecesariamente el tiempo de espera. No olvidemos que el cuerpo humano se suele adaptar cual líquido al continente que lo alberga. Respetando otras opciones, me parece cursi la opción de recepciones sentadas con sillas de confidente, cual bufete de abogados. 

Bien, de no ser posible complacer la solicitud del huésped por motivos serios (el hotel está lleno, la habitación está por hacer), el recepcionista lo comunicará sencillamente al cliente excusándose simplemente pero indicando el motivo de porqué no se ha podido realizar la petición. No está bien comentar la negativa alegando que aún quedan horas para la entrada. Es más, en el caso de que el cliente sea un cazurro y no haya solicitado la entrada temprana en la habitación, el recepcionista intentará conseguirle una habitación, lógicamente. Que no se me entienda mal. También puede suceder que por imprevistos nos veamos en el hotel antes de lo que pensábamos.

Una vez se comunica que no hay habitación se debe proceder por parte del hotel, ayudando a depositar en consigna las maletas de los viajantes y enterarse, llamando a la gobernanta del hotel a qué hora podrá estar lista la habitación. Este paso es importante porque así los huéspedes pueden organizarse con tranquilidad. Es este el momento de pedir los documentos de identidad y las tarjetas de crédito para que luego no haya que volver a molestar al cliente haciéndole esperar otro rato. Dejo aquí claro este tema, sobre todo a mis lectores más legalistas. Si por algunos fuera, ya me habrían metido en la cárcel por no cumplimentar las exigencias normativas de presentar el DNI de todos los huéspedes. Repito, como he dicho ya en infinidad de comentarios de este blog que del listado de hoteles que tengo criticados, varios, y digo varios, no me han pedido el documento identificativo de mi acompañante. Y mi acompañante, mi señora esposa, siempre me acompaña en el check-in. No hablo de otras acompañantes más furtivas que entran en la habitación a las 2 de la mañana y salen a las 5. Entiendaseme.

Es un detalle exquisito ofrecerles la posibilidad de desayunar, lógicamente a cargo del hotel. Este detalle lo tuvieron conmigo en el Mandarin Oriental de Barcelona. Decliné agradeciendo mucho tal gesto debido a que ya lo habíamos hecho al bajar del avión.

Al igual que el "late check-out", el "early check-in" no se debe cobrar en un hotel de lujo. Aunque no siempre es así, es un servicio que, si se puede, se presta y si no se puede, amablemente se explica. Y ya está. Los huéspedes que llevan de  Louis Vuitton hasta los cristales de las gafas y los pañales del niño, suelen ser los que más protestan cuando llegan a un hotel sin avisar antes de la hora prevista. Nadie en su sano juicio se pone como un basilisco si llega tempranamente al hotel sin avisar y no está preparada la habitación. Bueno, nadie en su sano juicio debería ponerse nunca  como un basilisco.

miércoles, 10 de abril de 2013

Los niños, los olvidados. La política de niños en los hoteles.



Estoy bastante caliente con este tema al que pocas veces me he enfrentado. Suelo viajar con mi acompañante y sin niños. Pero esta vez, necesito un hotel en Barcelona para una noche con mi mujer y mi hijo de cuatro años. Vamos a una conocida clínica oftalmológica para un problema menor del niño.
Pues me las estoy viendo y deseando para realizar una reserva. Dejo para esta ocasión aparte hoteles como el Mandarin Oriental, Arts, W, Neri y semejantes. Me niego a gastar una millonada para un viaje que no es, por así decirlo, de placer. Voy a relatar las conversaciones telefónicas que he tenido con algunos.

Me da por llamar al Le Meridien ya que está en una zona turística y seguro que al chiquillo le gusta el trasiego. Además, cerca de la Boquería para que su padre se dé algún capricho. Le digo a la amable señorita de reservas que, por favor, me dé precio y disponibilidad para una noche y qué política tenían con los niños. En mi caso particular, no es necesario que tenga cama supletoria; en una cama doble le hacemos un hueco. Bueno, es el mismo niño quien quiere hacerse el hueco. Pues no, tienes que pimplarte 400 euros para una junior suite aunque no le pongas supletoria.

El Bagués ya es rocambolesco. Está al lado del Le Meridien. Estos me dicen que todas las habitaciones son dobles y que, de ir con un niño de cuatro años, lo ponga sólo en otra habitación. O sea que pretenden que un niño de 4 años duerma sólo en un cuarto. Y se quedan más anchos que largos.

Con el Majestic, pues te tienes que ir a la Executive, donde no bajas de los 350 euros, aunque no quieras cama supletoria.

Al final, me parece que me quedaré con el Casa Fuster, un hotel que ya conozco bien a un precio muy recomendable y donde, como creo que debe ser, un niño de cuatro años puede compartir cama con sus padres o usar una cama supletoria. Además, es miembro de The Leading Hotels of the World y, por tanto, desayuno, wifi, upgrade y "late check-out" gratuito por ser miembro de The Leaders Club.

Muchas veces, las páginas web de los hoteles te cuentan hasta el color de calzoncillos del camarero de uno de sus siete restaurantes pero callan como "eso" respecto a la política de niños en el hotel. Unos que te cobran unos eurillos por el "colacado" en el desayuno y los cereales, otros que según les de te los cobran o no; otros que si la supletoria son 100 euros si el niño es gordito, otros que ni te dan posibilidad; otros que si me pica el rabo y así hasta el infinito y más allá. Lo que sea, estará bien hecho siempre y cuando las webs recojan correctamente toda la información. Aunque sean hoteles frikis de esos que hay ahora "free child".

Es altamente recomendable que cada hotel exponga claramente cuál es su política para los niños. Yo comprendo que puede haber familias que al niño de 38 años lo intenten colar sin cama supletoria y que duerma con los padres abrazaditos los tres. O que se lleven al servicio de viaje, padre, madre, dos niños y los quieran meter en una doble sencilla. Todo lo entiendo. Pero un niño de menos de siete u ocho años debería ser tratado de otra manera. Es más, suele estar siempre expuesta la política de mascotas y casi nunca la de niños. El mundo al revés.