¿Qué pretende este blog?


Mi blog pretende realizar una crítica, lo más completa posible, de los principales hoteles europeos, así como proporcionar instrucciones y usos de protocolo y buenas maneras tanto a los profesionales del sector como a los huéspedes de los establecimientos. Como se observa, todo está basado en la independencia que me caracteriza, no perteneciendo a ninguna empresa relacionada con este mundo. Soy un consultor independiente. Personalmente he visitado cada uno de los locales de los que hablo en este blog.
Es mi capricho, del que llevo disfrutando varios años y quiero poner mis conocimientos y opiniones a disposición de todo aquel que quiera leerlos.
La idea surgió al no encontrar nada en la red - ni siquiera en inglés - sobre auténticas críticas de hoteles, al margen de comentarios de clientes enfadados que "cuelgan" sus quejas en distintas webs como un simple "derecho al pataleo" sin intento alguno de asesorar, construir o mejorar.
Muchas gracias por vuestra atención y colaboración.

jueves, 27 de mayo de 2010

Capri Palace Hotel and Spa









Web
Se merecía un cambio y mi enhorabuena al nuevo diseño web de "Capri Palace", estrenado esta temporada. Dinámico, agradable, repleto de información, fotografías muy conceptuales -hablan por sí solas-, muy artístico en definitiva. En suma, define fielmente el concepto que este maravilloso hotel de Capri quiere dar a conocer. Las reservas las tienen contratadas con "yourreservation", otras veces ya he hablado de ellas. Con solo cinco minutos navegando por su web te transporta a la isla más encantadora del Mediterráneo rodeado de clase y "saber hacer" del "Capri Palace".

Reserva
Como ya conocerán mis lectores asiduos, soy un enamorado de la Costa Amalfitana. Y, particularizando más, Capri es mi lugar preferido. Cuando visito cualquier zona de la costa de Nápoles, siempre le hago una visita a esta pequeña isla llena de encanto y "glamour".
En esta ocasión me propuse conocer el hotel que nos ocupa. Como, casi siempre, utilicé la central de reservas del hotel, "The Leading Hotels of the World", para formalizarla. "Capri Palace" pertenece a su vertiente "Small". El trato es esquisito, puedo hablar en castellano y yo mismo puedo gestionar la reserva al pertenecer a "The Leaders Club".
Reservé una habitación "Deluxe con piscina privada". Me acogí a la tarifa "Great Affordables" que incluía "buffet breakfast" y una botella de vino a la llegada.

Check-in.
Un señor uniformado a lo capitán de barco venido a menos, con su gorra de plato y su cigarro en la boca esperaba en el puerto de Marina Grande a que desembarcáramos del batiscafo que nos acercaba a la isla. Sostenía un letrero con el logo del hotel y gritaba su nombre para que los clientes nos acercásemos a su lado. Sólo éramos dos los viajeros de ese barco con destino al hotel. Nuestro capitán nos acompañó al Minivan Mercedes donde el "chauffeur" con el aire acondicionado conectado nos amenizó con unas toallitas frías de Bulgari y unos refrescos. El coche se puso en marcha. Anacapri queda situada en lo alto de la isla y el trayecto es muy escarpado por las carreteras -por llamarlas de alguna manera- que llevan a ella. Al tomar las curvas de 180 grados debes dejar paso antes pues dos coches no caben. Primero dejas Capri y después del zigzagueante camino, llegas a Anacapri y al "Capri Palace". No más de diez minutos.

El túnel de entrada al hotel es espectacular. A la derecha vas viendo un largo muro de mármol tallado y sus ventanas permiten contemplar la parte sumergida de la piscina del Spa. Ves las piernas de los bañistas agitándose para mantenerse a flote y el color azul lo envuelve todo.
Ya en el hall, un gran jarrón de cristal con más de 30 largas cañas de bambú es lo primero que te encuentras. La recepción, al fondo junto al "concierge".
Fue una entrada rápida, cordial y muy atenta. Una persona del "staff" nos acompañó a la habitación para explicarnos sus pormenores, incluido el uso de la piscina. El botones ya había depositado el equipaje. La habitación, muy blanca, espaciosa con cama con dosel, estaba separada como en dos estancias por un taquillón no muy alto. Una pequeña sala de estar daba a un cristal de puerta corredera donde estaba el jardín y la piscina (no de agua caliente). Al ser mayo, aún daba un poco de "repelús" entrar pero me atreví. Ahora ya las han climatizado. Buena idea.
El baño muy amplio con generosas "toiletries" Bulgary, ducha con mucha presión, mampara de cristal y un lavabo grande en mármol travertino. Una bandeja con cremas solares y "aftersun" de cortesía, no me acuerdo de qué firma, se encontraba encima del taquillón. Equipo de música y televisión de plasma.

Podría extenderme varios folios hablando de este hotel pero voy a intentar hacer un ejercicio de concreción y síntesis.

  The Beauty Farm






El Spa del Capri Palace no es sólo eso. Es una auténtica clínica médica que cuenta entre su equipo con un cardiólogo y una graduada en Nutrición Humana y Dietética. Todos dirigidos por el Dr. Francesco Canonago. Son múltiples los tratamientos enfocados a prevenir enfermedades cardiovasculares, varios los chequeos médicos que realizan y -ante todo- un servicio de hotel de lujo que no tiene nada que ver con el trato frío de un hospital.
Dicho esto, "The Beauty Farm" es un gran remanso de paz. Su piscina de talasoterapia es la más hermosa que he visto nunca. De hecho, no tengo dudas al afirmar que, después del Spa del Gran Hotel Bahía del Duque Resort de Tenerife, es el mejor Spa en el que he estado.
Mis lectores conocen la aversión que tengo a introducir fotos en mis textos. Esta vez, con permiso del hotel no puedo dejar de mostrar esta. Pueden ver más en su web.

Nótese los ventanales de la derecha que dan al túnel de entrada al hotel.



Y esta es la foto que refleja la entrada al hotel. Las ventanas son las mismas que vemos en la foto anterior en el interior de la piscina. Asombroso.


Por último un detalle.



L´Olivo Restaurtant
Dirigido por el alemán Oliver Glowig es, sin duda, el más reconocido de Capri. De absoluta y deslumbrante cocina mediterránea, Oliver, aparte de conseguir la ansiada segunda estrella michelín, se ha apartado de la manida cocina italiana internacional hasta llevar a "L´Olivo" a ser considerado como lugar de referencia, independiente pero consustancial al hotel. Casi le hace sombra a "Rosellinis" del "Palazzo Sasso", también con dos estrellas y a "Don Alfonso" de Sant´Agata Sui Due Golfi (cerca de Sorrento) que esta temporada adelgaza quedándose con dos michelines perdiendo el tercero. Sin duda, son los tres templos gastronómicos de la Costa Amalfitana.
La cristalería es de Murano firmada por "Carlo Moretti" y la iluminación del local es excepcional. Han cuidado hasta los más mínimos detalles.

The Artist´s Bar
Situado en un ala del hotel, es el lugar indicado para tomarte un aperitivo antes de almorzar o un cóctel después de cenar. Presidida su entrada por una enorme obra del controvertido Allan Jones, es mi lugar favorito del hotel. Hablando de obras de arte, el hotel en sí es una auténtica galería con obras de autores tan reconocidos como el propio Jones, Pomodoro, Chiosi, De Chirico, etc. Si les apetece, pídanse un mojito -con ron blanco, claro-.

Entrada a The Artist´s Bar presidida por un Allen Jones.



Beach Club "Il Ricio"
Es la última adquisición del "Capri Palace". Con ella, desbanca -a mi parecer- a los otros dos hoteles de la isla que pueden imitarle, el tradicional "Quisisana" , en el centro de Capri, y el nuevo y coqueto "JK Place" cerca de Marina Grande.
A "Il Ricio", muy cerca de la cinematográfica "Grotta Azzurra", puedes acceder tanto en coche como en barco. Suspendido en la roca, cuenta con un magnífico restaurante dirigido por el joven chef Andrea Migliaccio, un bar y un solarium con las mejores vistas que pueda imaginar y cómodas tumbonas y cabañas.

Check-out.
Déjenme decirles algo. Intento no ser victimista pero los españoles, por desgracia, tenemos "mala fama" en el resto de Europa. Hablo en líneas generales. Fue el único inconveniente que tuvimos. Mientras bajábamos a recepción, dimos la orden de que llevaran las maletas a la Minivan que nos devolvía al puerto. Una vez comprobada la factura -todo estaba correcto- procedí a pagar con mi tarjeta de crédito y ¡Horrible! no pasaba. Le di la otra y tampoco. Mi acompañante le dio la suya y tampoco. El fracaso estaba asegurado. No me gustaron los modales, y nunca me han pedido perdón. No importa pero marcaron en el cobratarjetas el número y ya está. No fue para ponerse así.
Me preguntarán cómo pudo suceder tal coincidencia de que tres tarjetas no funcionen. Pues al poco tiempo me di cuenta de que un clip pisabilletes que tenía las inutilizó porque tenía un imán muy fuerte. Pasamos unos minutos muy embarazosos.

Salvando este inconveniente, no puedo más que piropear a todo el personal del hotel y animar a visitar este templo del buen servicio, del relax y de la gastronomía.



2 comentarios:

  1. muy elocuente tu paso por este lugar,con tu narrativa.realmente logras invitarnos a conocer.un fuerte abrazo y saludos

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    1. Gracias, Rafael.
      Y eso que hace ya unos añitos de la crítica.
      Un saludo

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