¿Qué pretende este blog?


Mi blog pretende realizar una crítica, lo más completa posible, de los principales hoteles europeos, así como proporcionar instrucciones y usos de protocolo y buenas maneras tanto a los profesionales del sector como a los huéspedes de los establecimientos. Como se observa, todo está basado en la independencia que me caracteriza, no perteneciendo a ninguna empresa relacionada con este mundo. Soy un consultor independiente. Personalmente he visitado cada uno de los locales de los que hablo en este blog.
Es mi capricho, del que llevo disfrutando varios años y quiero poner mis conocimientos y opiniones a disposición de todo aquel que quiera leerlos.
La idea surgió al no encontrar nada en la red - ni siquiera en inglés - sobre auténticas críticas de hoteles, al margen de comentarios de clientes enfadados que "cuelgan" sus quejas en distintas webs como un simple "derecho al pataleo" sin intento alguno de asesorar, construir o mejorar.
Muchas gracias por vuestra atención y colaboración.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Viajar con niños. Síndrome del "padre bofetada"



Era una noche lluviosa y no había nada en la tele que se pudiera ver, ni House, ni el Deluxe y el hastío comenzaba a hacer mella en mi acompañante; yo ya me encontraba inmerso en él. ¿Por qué no nos vamos este verano unos días de vacaciones a un hotel? -me dijo. Le respondí, que por supuesto, que nos hacía falta ya que el niño nos tenía confinados en nuestro lugar de residencia. Le dije, dejamos al niño con mis padres y tú y yo nos tomamos dos o tres días, como solemos hacer. No, contestó. Esta vez nos llevamos a nuestro hijo con nosotros.
Las gotas de sudor que empezaron a brotar desde mi frente por la sentencia de mi acompañante, empezaron a confundirse con las de la lluvia del exterior. ¿Estás segura de lo que dices? Tiene dos años. ¡Alfredo! -me dijo-, tiene que acostumbrarse a viajar con sus padres; en octubre nace nuestro segundo hijo y sólo te quedan dos opciones, empezar a viajar con niños o estar unos cuantos años sin salir de casa. Tus padres se quedan bien con uno pero con los dos me parece que naranjas de la China.

Esa noche, ya en la cama, tardé mucho en conciliar el sueño. He de comenzar diciendo que tengo el síndrome del "padre bofetada". Ese síndrome tiene síntomas como una intensa sudoración instantánea cuando el niño grita en la piscina de un hotel, pinchazos de estómago cuando son las tantas de la madrugada y el niño no se ha dormido, dolores agudos de cólico cuando utiliza el tenedor y la cuchara como baquetas y el plato como tambor, dolores intensos de cabeza cuando por cualquier circunstancia y en cualquier momento se pone a llorar, dolores que llegan a migraña cuando el llanto se convierte en rabieta. En fin, estos son los síntomas más conocidos de esta enfermedad que padezco que, adelanto, no es fácil de curar y cuyo tratamiento son unas pastillas 5d muy difíciles de conseguir en el mercado farmaceútico actual.

Enlazando con la exhortación de mi acompañante de la que hablaba anteriormente y, teniendo en cuenta que mi enfermedad había salido de nuevo a la luz, me puse manos a la obra para seleccionar destino y hotel. Acordamos pasar tres noches en un lugar tranquilo en el mes de julio. Yo, que tengo mucha destreza para buscar buenos hoteles, me encontré delante del ordenador sin saber qué hacer. Me venía a la mente un hotel y, automáticamente, mi imaginación volaba viéndome con mi hijo en él. Me construía la idea de ver al señor gordo y calvo de la tumbona de al lado, siendo salpicado con agua por mi hijo, al camarero del restaurante, recogiendo el tenedor del suelo y sustituyéndolo innumerables ocasiones, al huésped de la habitación contigua quejándose en recepción por el llanto; en fin, estos son otros tres síntomas más del síndrome -cada vez más extendido- del "padre bofetada", el cual padezco y sufro.

Con la ayuda de mi acompañante, que a la par, como ya saben, también es mi médico, fui superando estos primeros síntomas que se dan en la fase preparatoria de la estancia en el hotel. Las pastillas 5d -también llamadas 5f en otros países- me empezaban a hacer efecto. Lo siguiente a superar en mi ansiada cura, fue limar los criterios de selección de hotel. Piscina para niños y Kid´s Club eran dos servicios esenciales que debía tener el hotel cuando en el resto de mis viajes ni me planteaba dicho tema. Pero hete aquí, que en la mayoría de hoteles el Kid´s Club es para edades superiores al mío y todos me respondían que un progenitor o cuidador debería estar en todo momento a cargo de la criatura. Ello me resultaba altamente gilipollesco puesto para qué puñetas quiero un Kid´s Club si no es para poder descargar del cuidado del niño durante un rato de tiempo. Si tengo que estar yo presente no me hace falta. Algunos hoteles como el Sheraton Algarve o el Vila Vita Parc Resort de Portugal, tenían un club de niños donde aceptaban a edades de dos años, e incluso inferiores. No pudimos elegirlo porque el Algarve portugués dista casi 1.200 kilómetros de nuestro lugar de residencia y -eso sí- no he podido superar el principal síntoma de mi enfermedad, viajar en avión con niños. Por tanto, el coche era nuestro único vehículo posible. Lo que les digo es realmente cierto, no encontré ningún hotel de lujo de sol y playa que me admitieran a mi hijo de dos años salvo contratación de una niñera, algo de lo que mi acompañante recela pero que, sinceramente, no me parece del todo descabellado. Fue así como me olvidé de que el hotel a elegir tuviera dicho servicio.

Respecto a la piscina para niños es cierto que, sin ser del todo común, son varios los hoteles que la poseen. Pero uno ya tiene experiencia en estar en una piscina de niños con niños. Me veía doblado con los riñones hechos trizas en la piscina para niños o metido en la de mayores con él y sus manguitos y -al menos- remojado al fresco. Opté por esta última. Así que mis dos requisitos imprescindibles se fueron a tomar viento.

Con una doble dosis de 5d que me suministró mi acompañante antes de desayunar, partimos hacia S´Agaró, exactamente al Hostal de la Gavina, donde -al final- decidí pasar tres días con mi acompañante y mi hijo. No llegó a desaparecerme la ansiedad en el trayecto con tal alta dosis. Pero disfrutamos, el niño se portó como un niño, mucho mejor de lo que yo creía. Durmió a sus horas, no salpicó mucho al señor gordo de la tumbona de al lado, sólo tiró los cubiertos al suelo una vez, comió sin gritar casi nada y no recibí ninguna queja de ningún huésped ni de la dirección del hotel.

Por tanto, mi síndrome de "padre bofetada" estaba desapareciendo. Y ahora hablando en román paladino. ¿Qué significa eso del "padre bofetada"? Pues es ese tipo de padre imbécil que es un "quedabien", que se angustia por cualquier tontería de sus niños, que no vive por si molestan a los demás y que, en el fondo es un "rajao" y un tanto cobarde. Las pastillas 5d de las que hablaba son una buena bofetada -de ahí el nombre del síndrome- que te deben estampar cuando te pones de semejante estupidez (cinco dedos o cinco fingers, según el idioma -5d-).

En el otro extremo de la enfermedad se encuentra el "padre subnormal" que es ese que le importa un pimiento que sus hijos se comporten como chimpancés y hagan que la estancia del resto de huéspedes se convierta en un infierno. Pero eso ya es otra historia de la que ya hablaré algo en sucesivas entradas.

5 comentarios:

  1. Hola Alfredo.

    Viajar con niños siempre es incómodo. Pero más incómodo es tener que soportarlos cuando uno viaja solo y ve como los niños campan a sus anchas mientras los padres les ríen las gracias. Por eso me ha gustado mucho el post, de verdad, felicidades.

    Por cierto, llevo unos días ojeando su blog, y me encanta, pero no he encontrado críticas sobre hoteles de la cadena Meliá. No sé si es porque no los frecuenta o, sencillamente, porque no les convence.

    Un saludo.
    Juan.

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  2. Hola, Juan.
    Muchas gracias por su comentario.
    Usted lo ha dicho perfectamente. Los niños, niños son. Los padres somos los responsables.
    Fíjese, Juan, la razón que lleva, cuando habla de esos padres que alientan a sus hijos al desenfreno, al grito y a las salpicaduras de agua en la piscina.
    Mi intención es un tanto utópica, como usted bien ha averiguado en mis palabras. No es otra que llegar a una virtud, a un término medio donde -sobre todo en los meses de verano-, todos podamos convivir mejor; y no sólo por la frase tonta de -yo pago por...- sino por la simple educación.

    Bueno, esto me está quedando más de sermón en púlpito que de respuesta a su amable comentario. Disculpe.

    Respecto a hoteles de la cadena Meliá, le adelanto que en dos o tres meses tengo en agenda publicar la crítica del Gran Meliá Fenix de Madrid.
    Suelo frecuentarlos. Hace muy poco estuve hospedado en el Melia Plaza, en Valencia y en el Meliá Recoletos, en Valladolid. Uno no sólo se hospeda en los hoteles que critico; a esos sólo voy con mi mujer para descansar. Para trabajo, utilizo otros, como estos que le digo; muy confortables pero sin lujos. Sucede que existen muchas webs donde hay críticas, mucho mejores que las mias sobre este segmento de la hostelería. Le recomiendo -permítamelo- la guía de hoteles de Carlos Andreu
    http://guiadelandreu.blogspot.com/

    Le reitero mi agradecimiento por su comentario, le indico que suelo postear unas 3 o 4 veces al mes y que me tiene a su disposición a través de e-mail o comentarios cuando lo desee.

    Un saludo,

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  3. Hola Alfredo.

    Gracias por incluir el enlace de Carlos Andreu. No conocía ese blog y tiene críticas interesantes, como las tuyas.

    Un saludo.

    Juan.

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  4. Viajar con niños, y con esto termino mi bombardeo de comentarios que le deben estar friendo la cuenta de Gmail, no es incomodo, es diferente. El padre incapaz de disfrutar de unas vacaciones con su hijo pequeño es un inutil estirado, el padre que no respeta a los demas aduciendo "es que es un niño..." es un maleducado y un mal educador.

    El niño, en vacaciones, ha de estar entretenido pero ha de seguir una cierta rutina. No es un "todo vale", y tampoco ha de ser un "internado ingles". Y los padres han de saber lo que hacen y entender las circunstancias, teniendo picardia y mano izquierda para disfrutar ellos tambien. Y si los padres quieren privacidad e intimidad, que viajen solos.

    Un padre que no disfruta de las vacaciones o de un viaje con sus hijos pequeños esta dejando pasar los mejores años, quiza de forma inconsciente.

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  5. Hola Alfredo.

    Tuve la suerte de pasar una semana en el Sheraton Algarve, pero ni siquiera me percate de servicio Kid's Club.
    Tampoco vi ningún niño en todos esos días, casualidades de la vida, pero por desgracia me tocó el típico ricachon mal educado, con su novia veinte años más joven que el y metiendose mano en el jacuzzi.

    Por desgracia estos tipos andan en todos los hoteles y mejor cuidarse de tenerlos lejos.

    Pd: el marmol es impresionante en este hotel y ofrecen unos duplex exquisitos.

    Saludos.

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