¿Qué pretende este blog?


Mi blog pretende realizar una crítica, lo más completa posible, de los principales hoteles europeos, así como proporcionar instrucciones y usos de protocolo y buenas maneras tanto a los profesionales del sector como a los huéspedes de los establecimientos. Como se observa, todo está basado en la independencia que me caracteriza, no perteneciendo a ninguna empresa relacionada con este mundo. Soy un consultor independiente. Personalmente he visitado cada uno de los locales de los que hablo en este blog.
Es mi capricho, del que llevo disfrutando varios años y quiero poner mis conocimientos y opiniones a disposición de todo aquel que quiera leerlos.
La idea surgió al no encontrar nada en la red - ni siquiera en inglés - sobre auténticas críticas de hoteles, al margen de comentarios de clientes enfadados que "cuelgan" sus quejas en distintas webs como un simple "derecho al pataleo" sin intento alguno de asesorar, construir o mejorar.
Muchas gracias por vuestra atención y colaboración.

jueves, 20 de mayo de 2010

El lujo de los pequeños detalles



Algunas veces puedo dar la sensación de ser un fanático del lujo y de la ostentosidad, nada más lejos de la realidad. Tan sólo quiero huir de lo vulgar. Decía Chesterton que vulgar es estar delante de algo increíble y maravilloso y no darse cuenta de ello. Pues bien, ese es mi lema y, para conseguirlo, afirmo que no hay nada mejor que cuidar particularmente los pequeños detalles de todo lo que nos rodea. Concretamente, en el tema que trata este blog, puedo llegar a demostrar que un hotel de lujo no es el que tiene la grifería bañada en oro sino el que cuida hasta la saciedad la perfección en los pequeños detalles, sobre todo de servicio, de su cometido.

Para muestra, voy a relatar algunos puntos que, a simple vista, pueden pasar inadvertidos pero demuestran lo dicho anteriormente y que, creo, deben ser tenidos en cuenta por los grandes hoteles.

1.- Al hacer el check-in en un hotel, hay que devolver al cliente inmediatamente su documento de identidad. La fotocopia debe hacerse al instante y no vale que el botones suba a la media hora a entregarlo o, lo que es peor, que a la salida del hotel, nos peguen un grito llamándonos para recogerlo en recepción.

2.- Muy al hilo de lo anterior, es un detalle muy de agradecer, llamar por teléfono antes de entrar y molestar en la habitación. Por ejemplo, si hemos venido en coche y nos lo aparca el portero, mejor que nos llame antes de plantarse en nuestra habitación para devolver las llaves. La hora después del check-in es intensa, donde, salvo que haya servicio de mayordomía para deshacer maletas, te encuentras en esa labor, te duchas, cambias de ropa, etc. Es muy molesto en esos instantes que te interrumpan para entrar en tu cuarto.

3.- La camarera de habitaciones debe estar segura de que no hay nadie en la habitación para proceder al servicio de "turn-down" o segunda entrada a la habitación. Es conveniente ayudarla con los colgadores que penden del pomo de la puerta.

4.- A la hora de hacer la cama por parte del servicio del hotel, hay que tener en cuenta que el "remeterlas" muy apretadas entre sí, hasta el punto que tienes que ser Rambo para poder abrir la cama, es propio de hostales baratos. La cama debe estar bien hecha y debe abrirse suavemente.

5.- El extremo opuesto también es de hotel de barrio, es decir, utilizar un edredón nórdico y dejarlo caer como si lo hubieran tirado de un tercer piso. Salvo en países escandinavos, los europeos estamos acostumbrados a dormir con sábanas y mantas. Solo los idiotas se tapan con el cubrecama; pieza esta que solo sirve para embellecer mientras no dormimos.

6.- A la hora del desayuno, en la mayoría de hoteles suele ser tipo buffet, los camareros deben estar pendientes de retirar los platos que se hayan utilizado en la mesa y que estén vacíos, de tal forma, que los comensales estén cómodos a la hora de volver a coger otro y no se tengan que ver en la difícil tesitura de poner varios platos uno encima de otro, cual número de circo. El camarero debe estar también atento para reponer algún cubierto si en la retirada del plato se encontraba el antiguo.

7.- Los camareros, con la elegancia del que parece que no lo está haciendo, deben mirar a los ojos de los clientes por si ellos requieren su llamada. A mi juicio es la Regla de Oro del buen camarero. Los malos camareros siempre miran hacia abajo porque saben que, de esa manera, será más difícil conseguir que el comensal capte su atención y, por tanto, trabajarán menos; o eso creen ellos. El llamar a un camarero a gritos, o lo que es peor, con un chasquido de dedos, solo cabe en mentes depravadas absolutamente repletas de vulgaridad.
En este punto quiero comentar lo que me acaeció en The Ritz London. Estar en los pequeños detalles no es una tarea conquistada para nadie y requiere un esfuerzo diario de profesionalidad.
Me sucedió que en el último desayuno antes de mi partida, no se encontraba el jefe de sala y los camareros no estaban supervisados mientras mi acompañante y yo disfrutábamos en el precioso "dinning room" del hotel. Pues bien, a diferencia de lo que había sucedido días atrás, hubo un momento en que tardé más de tres minutos en que un camarero se cruzara la mirada conmigo. Había ocho mesas y cuatro camareros, suficiente para que no anduvieran muy estresados. La "descarga" de tensión al no encontrarse el jefe hizo que se bajara la guardia en el servicio.
Por favor, camareros, mirada alta y sonrisa en la boca. Quien lo lleve a cabo le aseguro que ascenderá rápido y se sentirá orgulloso, hay muchos clientes y jefes que saben agradecerlo.

8.- Aunque ya muchos lo hacen, es un detalle de cortesía por parte del hotel y muy de agradecer, depositar por la tarde una botella de agua mineral en cada una de las mesillas de noche acompañada de una pequeña vitola donde se explique que es por cortesía del hotel. El agua es un bien universal y no se debe cobrar. El vino también lo es pero esto ya son otros menesteres.


Como se ha podido observar, en este texto solo he hablado de cosas tan comunes como el agua, una mirada a los ojos, una sonrisa, una cama, una sábana, una llamada de teléfono, un plato.
No he hablado de caviar, ni de reverencias, ni de altanería ni de dinero. Tan solo he hablado de los pequeños detalles para hacer la vida agradable a los demás.

4 comentarios:

  1. Es cierto que los momentos después del check-in son muy intensos. En eso coincido con usted

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  2. Usted sí que sabe, amigo Macario. Las buenas costumbres se están perdiendo. Un saludo,
    Alfredo.

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  3. Precisamente estoy esperando explicaciones de un hotel de cinco estrellas que me retuvo el DNI durante dos horas sin motivo aparente.

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  4. Hola Francisco. Gracias por tu comentario. La curiosidad me puede, ¿Me dices cuál en un e-mail, por favor? Es cierto y fíjate, Francisco, que eso pasa porque ningún superior les ha formado para devolverlo inmediatamente porque no cuesta nada.
    Casi todo está en los pequeños detalles. Un saludo.

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