¿Qué pretende este blog?


Mi blog pretende realizar una crítica, lo más completa posible, de los principales hoteles europeos, así como proporcionar instrucciones y usos de protocolo y buenas maneras tanto a los profesionales del sector como a los huéspedes de los establecimientos. Como se observa, todo está basado en la independencia que me caracteriza, no perteneciendo a ninguna empresa relacionada con este mundo. Soy un consultor independiente. Personalmente he visitado cada uno de los locales de los que hablo en este blog.
Es mi capricho, del que llevo disfrutando varios años y quiero poner mis conocimientos y opiniones a disposición de todo aquel que quiera leerlos.
La idea surgió al no encontrar nada en la red - ni siquiera en inglés - sobre auténticas críticas de hoteles, al margen de comentarios de clientes enfadados que "cuelgan" sus quejas en distintas webs como un simple "derecho al pataleo" sin intento alguno de asesorar, construir o mejorar.
Muchas gracias por vuestra atención y colaboración.

jueves, 14 de octubre de 2010

El obsceno. Manual del turista educado. 3ª entrega



Capítulos anteriores:



El capítulo que nos ocupa merece, cuanto menos, un estudio pormenorizado. Desgraciadamente, la figura del obsceno -por llamarla de alguna manera- es ya muy común en la mayoría de los hoteles con clase. No me quiero imaginar cómo será en los "resorts" de camisetas de tirantes o en los "todo incluido" de pulseras de colores y bandejas de acero inoxidable.

- Como detectar al turista o a la turista obscena.

Tenemos varias maneras de averiguarlo.

El obsceno - o el mirón hablando en castizo-  es esa persona que siempre está mirando a los demás menos a los acompañantes con los que se encuentra. Si mientras mira sonríe tenuemente, más que obsceno es "salido". Si lo hace en la piscina del hotel es un guarro. Si lleva bañador "tipo nadador", aléjese de él aunque no cumpla nada más que esta última cualidad. Esta prenda es la más antiestética que conozco después de la camiseta interior de tirantes.

El obsceno suele usar los espacios comunes del hotel con muy poca ropa. No entiende el significado de pudor. Regla de oro: El grado de obscenidad de una persona es directamente proporcional a la falta de ropa que lleva en ese momento.

La obscena -o guarra en román paladino- suele quitarse la parte superior del traje de baño incluso enfrente de la piscina para niños. Su falta de pudor es tal que hasta pasea por las zonas de piscina del hotel de esa guisa. Por cierto, siempre cerca de ella habrá un obsceno, o varios, mirando, con sonrisa tenue y bañador "tipo nadador". Y ello será así aunque la "modelo" esté desprovista -aparte de su sostén del traje de baño- de cualquier proporción estética de belleza.

Nos podemos encontrar con obscenos en muchos "lounges" de hotel. Son obscenos esa pareja que se pegan el "filetazo" casi encima del piano de la sala, mientras está repleta de gente y el pianista, inmutable continua tocando "Moon river". También lo son si se lo montan igual en las tumbonas de la piscina. En definitiva, son todos aquellos que practican el "semisexo" en cualquier lugar del hotel menos donde deben, es decir, en su cama.

Son obscenos esas personas que en el vestuario del Spa dejan en todo momento su "minga" al aire aunque en ese instante haya entrado una camarera a limpiar. Nota. Juro que me ha pasado (no lo de la "minga" sino la entrada intempestiva de la camarera al vestuario). Es tan incomprensible la actitud del señor con el "cimbel al viento" como la de la camarera que entra cuando hay clientes en el vestuario.

Son absolutamente guarros los que en los restaurantes o bares de la piscina comen sin camiseta, con el torso al descubierto. Muchos "resorts" de lujo no ponen impedimento a esta atrocidad y falta absoluta de higiene.

En definitiva y, por desgracia, hay que compartir muchas veces estancia en un hotel -aunque sea de lujo- con este tipo de personas. Ya que no podemos evitarlo, al menos que este capítulo sirva para localizarlos y, de alguna manera, poder evitarlos. Eso sí, siempre con la muy buena educación que nos caracteriza.

3 comentarios:

  1. Muy adecuada esta entrada, con especial reseña al top-less que, para cualquier persona con dos dedos de frente, no ha de ser confundida con una negacion del "hecho destetil" per se, sino con una llamada al necesario decoro y al cada cosa a su tiempo.

    Convendria que aclarase la diferencia entre la desnudez y la obscenidad. Para mi es tan ridiculo bañarse en un rio perdido en el monte, o en una cala desierta desde el yate, con bikini y traje de baño (aunque sean Villebrequin, o especialmente si es Versace), como obsceno es pasearse sin camiseta por el paseo maritimo, o comer despechugado en el chiringuito.

    En los rios, en las calas, desde su yate, o en las playas perdidas, la gente se baña desnuda, desde el niño hasta el abuelo. Eso es desnudez logica y normal (cosa ya diferente es el "complejo turistico naturista").

    El top-less, contra el que no tengo absolutamente nada en contra, se realiza en las circunstancias señaladas. Si llegado el caso la señora o señorita siente la imperiosa necesidad de mostrar sus senos en una playa atiborrada, lo ultimo sera taparse avergonzada ante la llegada de alguien conocido. Parecido al hecho del miembroen permanente exposicion en los vestuarios de los gimnasios, que una cosa es "ser natural", y otra el "que todo el mundo mire lo que tengo aqui colgando". Uno se desnuda, se ducha, se pone una toalla, se seca, y se viste de forma agil, aunque solo sea para salir de ahi cuanto antes. Una persona con cierto sentido del decoro y del respeto, no entabla conversaciones filosoficas a miembro descubierto en un vestuario (si eso, las entabla en la sauna).

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    1. Hola Sir Andrew, muy agudas las puntualizaciones.
      Sin embargo, coincidiendo con la opción "en cueros", mis gustos no son tales. A mí bañarme desnudo, sólo en mi cuarto de baño. Y no es quizá porque quiera ocultar ciertas envergaduras. Me encuentro incómodo con todo al aire a la par que desvalido, casi como un niño en el vientre de su madre.
      Recuerdo una persona, como bien anotas, que un día se puso a hablarme en el vestuario a lo Sócrates... fue un momento bastante delicado, por llamarlo de alguna manera.
      Gracias y un saludo

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  2. Los hoteles deberían tener unas normas de comportamiento mínimas, en todo caso pedir a los SR clientes que rectificasen su comportamiento cuando no se encontrase dentro de los limites permitidos.

    Saludos.
    Lobo solitario

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