Llega el verano, el calor arrecia y los destinos de playa -y piscina- se hacen más apetecibles. Qué mejor que, después de un paseo por un paraje agradable, darse un chapuzón o tomar un poco el sol, lógicamente sin pasarse.
Quiero, en estas líneas, proporcionar una serie de directrices para que esos maravillosos momentos de relax sean verdaderamente eso y no situaciones incómodas propias de campings de carretera.
1.- Siempre hay que acudir a la piscina del hotel con la indumentaria y calzado adecuado. Salvo que la piscina sea cubierta, no se debe ir con albornoz. Lo mejor unas bermudas con camiseta para los hombres (debajo llevaremos el traje de baño); un pareo o vestido liviano para las mujeres (también debajo llevarán el traje de baño). Si la piscina está provista de cabañas, no hay problema puesto que las usaremos como vestuario. Por tanto, si es usted un "pecho-lobo", no se ponga nervioso, ya tendremos todos ocasión de ver su torso descubierto pero, por favor, no lo vaya exhibiendo desde su habitación. Lo mismo ocurre con su bañador "tipo nadador o slip", ya habrá ocasión de mostrarlo.
2.- La dirección del hotel se cuidará en todo momento de nutrir generosamente de toallas el solarium de la piscina. Un hotel que no cuida este detalle, no se puede catalogar de lujo. Repartidas por varios sitios deben depositarse toallas "de playa" para el uso de los clientes. Habrá que reponerlas cuando vayan quedando pocas.
3.- El cliente elegirá la tumbona que quiera. Si hay que extender la sombrilla o hay que mover la hamaca, nunca lo hará él mismo. Llamará a la persona de servicio que se encuentre en el solarium en ese momento para que lo haga él. Queda feísimo ver a dos huéspedes mover camas y sombrillas a peso como si fueran trabajadores del hotel.
4.- El cliente, al llegar a la zona de piscina, cogerá dos toallas por persona. Una la extenderá en la tumbona. La otra la reservará para secarse al salir del agua, si lo ve conveniente. Es de guarros tumbarse en la hamaca a tomar el sol sin poner una toalla debajo.
5.- Al terminar en la zona de la piscina, tomaremos nuestras toallas usadas y las depositaremos en los cestos que el hotel provee para su recogida. Este punto es el más importante. Es de maleducados abandonar la piscina dejando las toallas extendidas en la hamaca. Recientemente me ha pasado en un hotel que, estando absolutamente sin nadie la zona del solarium, no pude utilizarla ya que, ni había toallas limpias ni había tumbona que no tuviera toallas extendidas. Por tanto, aunque vayamos a volver a las dos horas, dejaremos las hamacas libres y echaremos al cesto las toallas usadas. SIEMPRE.
6.- Si el hotel quiere prestar, de verdad, un servicio de lujo, estará pendiente de retirar las toallas que los clientes despistados y con poca educación no han dejado en el cesto al marcharse de la piscina.
7.- Un hotel que no destine obligatoriamente al menos a uno de sus empleados a este cometido, debería introducirse en el ingente océano de los cuatro estrellas.
Hola de nuevo,
ResponderEliminarComo le indiqué en una opinión anterior, que no sé si pasará los filtros de censura, trabajo en un hotel de 4 estrellas como comercial, y para su sorpresa no sólo cumplimos esas pautas, sino que esas me parecen cutres a comparación.
En la entrada a la zona de la piscina hay una cabañita con un recepcionista y un "botones" donde se le preguntará si necesita toalla. Si es así, le dará las que necesite con el emblema del hotel, (Coste de 2€ por día para evitar que algunos clientes se dediquen a usar toallas a "troche y moche") y el botones le acompañará llevándole la toalla y si lo necesita un cenicero y una carta del Restaurante snack (ya que ofrece servicio servido en la propia hamaca o cama balinesa), el cliente indica cual es el sitio que quiere de los que están libre o sin reservar por los socios del Club. Le abrirá la sombrilla, le pondrá una colchoneta blanca sobre su hamaca (para evitar ser un guarro y echarse sobre ella, y para evitar también poner otra toalla extra), y la graduará a su gusto. Colocará sobre la mesita la carta del Restaurante, el cenicero si lo precisa y le indicará donde está la zona de masajes, las duchas, vestuarios, etc. Además, también hay servicio de cremas protectoras, after sun, bañadores, etc, por si alguien lo ha olvidado.
Respecto a que hay clientes que es cierto se marchan dejando las toallas tiradas por el césped o en la hamaca, es cierto. Pero al salir pasarán nuevamente por la cabañita donde el recepcionista le pregunta: ¿Ya se marchan? y cuando salen, el botones, retira la colchoneta, pone la toalla para lavar, coloca la hamaca y cierra la sombrilla, para que la pueda utilizar otra persona. Sobra decir que tiene un aforo limitado para asegurar que todos los clientes puedan utilizar hamaca premium o cama balinesa. El aforo es mucho mayor a la capacidad del hotel. Como ve, un suplicio el ingente océano de los cuatro estrellas.